lunes, 23 de diciembre de 2013

A veces se requiere decir no.....

A modo de reflexión....

En este tema de la consultoría ambiental como en otras áreas, nos enseñaron que hay que hacer todo lo que el cliente dice, al precio más bajo. Estamos tan acostumbrados a esto que no nos damos cuenta del daño que causamos al gremio, al mercado y a nosotros mismos. El temor a decir que no radica en que posiblemente el cliente se pierda, pero las consecuencias pueden ser peores. 

Consecuencias de decir NO... (a veces el peor escenario se cumple)

Hace unos meses me contrataron para realizar la integración de varias evaluaciones ambiental que se presentaron a la autoridad a través del tiempo. Una vez terminado este trabajo el cliente dijo que quería hacer una evaluación nueva y que con la información que se había recopilado hacer una evaluación nueva que coincidiera con los resultados anteriores. 

Los que han seguido este blog saben que el tema de las evaluaciones ambientales son mi fuerte y les doy especial importancia, por lo que esta propuesta me pareció un despropósito, toda vez que una evaluación de impacto ambiental es un trabajo interdisciplinario que tiene un tiempo y que el trabajo no es "jugar con los números" para que de un valor determinado. Por esta, razón dije que no, porque consideraba primero que era un trabajo aparte y que su desarrollo debe ser un trabajo muy concienzudo, toda vez que será presentado ante una autoridad ambiental y se necesitan argumentos sólidos.

Aún no se que han decidido, pero lo más probable es que lo hagan por otro lado, por un precio irrisorio.

Consecuencias de no haber dicho NO

Un amigo mío está trabajando en una autoridad ambiental y me comenta que los miembros de un equipo evaluador estaban hablando pestes de una de las empresas consultoras para las que trabajamos. Estas personas criticaban (con justa razón) uno de los estudios que esta empresa realizó y comentaban que la información era muy pobre, que no había un análisis exhaustivo, que no realizaron los estudios necesarios. Que los resultados eran muy ambiguos y que las conclusiones muy amplias, toda vez que los requerimientos que la autoridad había solicitado eran otros.

Mi amigo que casualmente había trabajado en ese proyecto específico, me comentaba que el trabajo tal como se presentó, fue lo que el cliente pidió, porque se le había informado que los requerimientos eran otros, que se necesitaba más especificidad, para sacar conclusiones adecuadas, pero el cliente dijo que no, que como él era el que pagaba el quería las cosas de cierta manera. Y obviamente así se hizo el trabajo.

Ahora la empresa consultora está quedando muy mal, porque lo que se ve no es que se elaboró un producto que no tiene el alcance real de los requerimientos, debido a que el cliente limitó el tiempo y los recursos para la elaboración de estos, sino que una empresa realizó un trabajo mediocre para el cliente.

Lo más grave de este asunto es que al final el cliente no va a decir que él decidió hacer el trabajo de una manera, sino que le sugirió al consultor hacerlo de alguna manera y éste respondió que si se podía.  No hay salida de esta situación.

Entonces qué decir.... Si o NO?

Es muy difícil contestar esta pregunta porque parece que cualquiera de los dos caminos trae consigo consecuencias. La idea con esta entrada es un llamado a pensar un poco antes de actuar a tener claras las consecuencias de comprometerse a hacer algo que luego afecte el buen nombre y futuros clientes. Ese es el punto, a veces nos preocupamos tanto por los clientes actuales que no nos damos cuenta de cómo se pueden afectar clientes futuros y la imagen frente a autoridades ambientales, que son en realidad el cliente final.

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