sábado, 28 de marzo de 2015

El riesgo ambiental en etapas tempranas de un proyecto de inversión

Cuando se habla de riesgo ambiental para un proyecto, se tiende a considerar que su definición, cálculo y gestión se manejan de la misma manera, indistintamente de la etapa en la que se encuentre dicho proyecto. Esto deriva de una formación ambiental muy técnica, enfocada a la atención de impactos ambientales y a la capacidad de responder a los requerimientos de una autoridad ambiental.

En las últimas semanas he estado en el análisis de riesgos ambientales para proyectos que se encuentran en fase de licitación. El objetivo es entregar una herramienta para toma de decisiones de si vale la pena incursionar en esta licitación o no. 

Llegar a la metodología y a los parámetros de decisión fue bastante complejo, debido a que debía salirme del paradigma de que los riesgos ambientales se limitan a aspectos las características del terreno o al número de árboles a talar o a la geología del terreno. 

Luego de devanarme la cabeza pensando en cómo entregarle al cliente una real herramienta para que pueda tomar una decisión sobre incursionar en una licitación o no y de desechar diversos modelos basados en lo que conocía, llegué al modelo que creo es el primer paso para responder a la pregunta ¿Según las condiciones ambientales del proyecto, es factible incursionar en esta licitación?

Lo importante son los recursos, pero no los naturales

Para llegar a esta conclusión tuve muchas disertaciones, muchos enfrentamientos con mis propios paradigmas y con mi propia formación y llegué a la conclusión que lo más importante desde el punto de vista ambiental y lo que determina si es viable entrar a un proyecto de inversión son los recursos económicos con los que cuenta el proyecto para atender la gestión ambiental del mismo.

Entender esto, es difícil cuando se tiene una formación basada en lo técnico y una vocación de servicio alta. Parece un concepto aparentemente frío y rígido, pero es aquí donde la cosa se pone interesante.

En otras palabras ¿Lo que hay que analizar es el dinero?

Si. Desde el punto de vista estratégico, lo que hay que analizar es el dinero que hay para la gestión ambiental y las compensaciones sociales. Si el proyecto no contempla esto, si el dinero no alcanza para ejecutar la gestión ambiental, es muy riesgoso incursionar en él. 

Suponga por un momento que usted es el presidente de una de las grandes compañías de infraestructura de su país y quiere incursionar la licitación de un proyecto y necesita tomar la decisión más adecuada para saber si entra o no. En esta idea hipotética usted está a la espera de solicitar un préstamo multimillonario, para la ejecución de las obras. Supongamos también que ya contrató al estudio financiero y el estudio técnico, y ahora usted va a contratar el estudio ambiental. ¿Qué esperaría usted que analizaran? ¿Cuáles serían los criterios ambientales que usted espera ver para tomar decisiones? Seguramente no es cuántos árboles va a talar o si la geología es buena o mala, para eso están los técnicos.

Ahora salgámonos de ese escenario y piense que usted es la persona que ese presidente contrató para tomar una decisión estratégica ¿cómo enfocaría su estudio? ¿Cuál sería el resultado final de lo que le diría?... Bueno, la respuesta ya no es tan fácil como se pensaba. ¿Verdad?

¿La plata si, pero cómo enfocarla?

Existen muchos factores que pueden afectar los recursos para la gestión ambiental de un proyecto, pero existen 4 que son medibles y cuantificables en términos de recursos a saber:
  • Tipo de obra a realizar: entre más compleja sea una obra, más inversión ambiental debe realizarse
  • Instrumento de gestión y seguimiento ambiental: dependiendo de la magnitud de la obra y otras características técnicas, los países tienen diferentes instrumentos de gestión ambiental, que tienen alcances y costos diferentes.
  • Legislación ambiental: cada país tiene regulado el uso y aprovechamiento de recursos naturales y en etapas tempranas esto es lo importante de analizar, no el recurso por si mismo.
  • Plazos de ejecución: estos plazos generalmente están distribuídos en preconstrucción, construcción y operación, dependiendo de los dos factores anteriores, se establece el tiempo de que duran ciertas actividades.
Estos cuatro factores son los elementos clave para realizar una herramienta adecuada para la toma de decisiones ambientales en un proyecto de inversión. En próximas entradas les contaré cómo interactúan cada una de ellas, cómo se miden y cómo convolucionan para proporcionar una respuesta estratégica.

Espero que este tema sea de su interés. Si tiene cualquier inquietud, discrepancia o aporte, no dude escribir abajo. 

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Este artículo como muchos de los escritos que encontrará en este blog hacen parte de mi experiencia y mi aprendizaje personales. Yo transmito lo poco que se y agradezco a quienes lean y crean que esta información es importante y digna de transmitir, lo hagan citando la fuente. Más allá del ego, una humanidad sostenible también significa el respeto y reconocimiento por el saber del otro.  
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