Reflexionando sobre el reciclaje

El tema del reciclaje no es nuevo, la naturaleza en su conjunto tiene una eficiencia del 100% en el uso de materia y energía gracias al reciclaje, separadamente su eficiencia está entre el 5 y el 30%.

Pero la naturaleza lleva más de 4500 millones de años perfeccionando procesos. Procesos que están a prueba de meteoros, glaciaciones e incluso el mismo ser humano. Por su parte, nosotros como especie solo llevamos un poco más de 600.000 años y la humanidad como la conocemos solo comenzó hace más o menos 10.000 años. Esto no es ni un segundo en el reloj de la tierra.

El relato bíblico de la salida del Adán y Eva del paraíso, no es más que la descripción de cómo nuestra especie se separó del ciclo normal de la vida para crear el propio. En este sentido, al creer que sabíamos más comenzamos a generar procesos diferentes a los que la naturaleza había perfeccionado durante miles de millones de años y dado que la mente humana es muy torpe para dimensionar procesos exponenciales, entonces que importa un  árbol menos, que importa un auto más emitiendo gases, que importa un vertimiento más, si la naturaleza es muy grande.

Pero el mundo se nos quedó pequeño, y el desarrollo de la tecnología para reparar nuestras consecuencias es más lento que el desarrollo tecnológico que genera dichas consecuencias.

Acá es donde entran los residuos. Aunque los residuos son un factor inherente a la materia y la energía, nuestra forma de manejarlos es nueva para la naturaleza y para nosotros. En ninguna parte del mundo natural se acumulan los residuos de algún proceso o especie. Éstos son inmediatamente aprovechados por bacterias y especies diseñadas exclusivamente para estos residuos, interactuándo de manera equilibrada con todos los demás procesos y especies. (4500 millones de años de experiencia no se improvisan).

Pero una mente tan estrecha como la nuestra, que no lleva ni 10.000 años en la tierra no alcanza a dimensionar todo esto, entonces nos parece que lo más fácil es abrir un hueco en la tierra y meter todo allí.

Y empezamos a darnos cuenta que el mundo no era tan grande como parecía y encontramos que del papel se puede sacar nuevamente papel, del vidrio, vidrio y del plástico, plástico.

En las primeras etapas, los llamados recicladores, personas sin recursos e indigentes comenzaron a recoger botellas, plásticos y cartones para tener un sustento (esto no se inició de manera formal, e incluso cuando inició, nunca se pensó que esto podría ser un negocio o que tuviera futuro). 

Poco a poco las empresas se empezaron a dar cuenta que podían obtener materia prima o parte de ella a más bajo precio y no debían pagar por el esfuerzo laboral, quién le va a pagar salud y pensión a un indigente. A su vez, las empresas comenzaron a evolucionar en sus sistemas de gestión, al principio, las empresas de gasesosas y cerveza tenían sus plantas de lavado de botellas, pero la mayoría de procesos auxiliares comenzaron a tercerizarse, dado a que esto implicaba gastos innecesarios para la compañía.

Sin embargo, todavía no entendemos que el reciclaje es solo un proceso, no la solución. Reciclar, como única medida de manejo, es como sacar dinero de un bolsillo para meterlo al otro. O más bien como un diabético que se come una chocolatina debajo de la cama para que nadie se cuenta, el resutado será fatal.

A esto se le suma el tema de los "nuevos residuos". A estos pertenecen los plásticos y polímeros, que solo llevan en el medio más o menos 70 años. Imagínense si no hemos podido con los residuos que se generan desde siempre, cómo vamos a manejar los que acabamos de inventar.

El reciclaje es importante, muy importante, pero debe estar enmarcado dentro de unas políticas claras integrales de manejo eficiente y sostenible de recursos y sobre todo de consumo consicente.

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