Declaración de Hyogo y el manejo de cuencas hidrográficas
lunes, 25 de abril de 2011
En una entrada pasada tratábamos el tema del ciclo hidro ilógico . Esta entrada trataba sobre cómo los inadecuados procesos de planificación y políticas ineficientes en cuanto al manejo de cuencas, generaba en unos países sequía y en otros inundaciones. Lo anterior redunda en desastres naturales, pérdida de vidas humanas, incremento de pobreza, etc. Las reacciones que se ven en los gobiernos nacionales y locales en Latinoamérica es muy improvisada y se basa en políticas ineficientes, pésima planificación, corrupción y soluciones cortoplacistas y paternalistas.
A estas reacciones se suma una nueva excusa y es culpar a los países industrializados por las inundaciones debido a lo que se denomina cambio climático. En la entrada El Ciclo hidro-ilógico de la teoría a los hechos , vemos que esto no es cierto, ya que hoy por hoy contamos con herramientas que nos permiten evidenciar que los desastres e inundaciones que a diario vivimos son consecuencia de nuestra propia responsabilidad y “no es producto del uso de automóviles en Estados Unidos ni del el uso de termoeléctricas en China, ni mucho menos de la producción de vacas en Holanda”.
¿Qué es la convención de Hyogo?
Ante todo esto, me di a la tarea de investigar si es que en realidad estamos tan solos ante este problema, si realmente no existen herramientas que nos permitan enfrentar las inundaciones, si siempre tenemos que empezar de ceros ante cada aguacero todos los años. En esta búsqueda encontré que en 2005 la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas (UNISDR por sus siglas en inglés) celebró en Hyogo (Japón) una Conferencia Mundial Sobre la Reducción de desastres a la que asistieron 168 países.
El objetivo principal es que para el año 2015 todos los países del mundo sean más resilentes ante los desastres y disminuir las pérdidas ocasionadas por estos tanto en vidas humanas como en bienes sociales, económicos y ambientales. Creo que el manejo de cuencas hidrográficas en zonas propensas a inundaciones debe tener como base esta conferencia, toda vez que es el pilar internacional que permite la adopción de estrategias y el intercambio de experiencias.
De esta convención surgió lo que se denomina el Marco de Acción de Hyogo, más conocido como MAH. Este marco de acción contempla un cambio de visión bastante controversial para los que siempre creemos que la culpa es de los demás:
Los desastres no son naturales y por lo tanto se pueden reducir.
Desde que se adoptó en 2005, diferentes entes regionales han formulado estrategias interesantes, innovadoras y eficaces para la reducción del riesgo en Asia, Centroamérica, el Pacífico y Europa. Algunos países han tomado acciones estratégicas para establecer un compromiso político sobre el tema. Sin embargo hay mucho todavía por hacer.
El marco de Hyogo se basa en 5 prioridades de acción a saber:
1. La reducción del riesgo debe ser una prioridad.
2. Conocer el riesgo y actuar
3. Educar para generar una mayor comprensión y sensibilización frente al tema.
4. Reducir el riesgo.
5. Estar preparados y listos para actuar
Prioridades de acción de la convención de Hyogo
Analizaremos estas prioridades de manera general.
1. La reducción del riesgo debe ser una prioridad
"Velar por que la reducción de los riesgos de desastre constituya una prioridad nacional y local dotada de una sólida base institucional de aplicación"
No solo es necesario que se evalúe el impacto ambiental o social, es necesario involucrar las amenazas naturales dentro de la toma de decisiones en el sector público y privado, para esto se requieren herramientas que van más allá del plan de contingencia convencional, se requiere una herramienta integradora que analice integralmente los aspectos ambientales, sociales y de riesgo en su conjunto y no como piezas separadas. En este sentido, los países los países deben desarrollar o modificar políticas, leyes y marcos organizativos, al igual que planes, programas y proyectos con el propósito de integrar la reducción del riesgo de desastres. Los principales requisitos para esta primera prioridad son:
• Crear plataformas nacionales multisectoriales y efectivas para orientar los procesos de formulación de políticas y para coordinar las diversas actividades,
• Integrar la reducción del riesgo de desastres a las políticas y la planificación del desarrollo, tales como las Estrategias para la Reducción de la Pobreza
• Garantizar la participación comunitaria, con el fin de que se satisfagan las necesidades locales
2. Conocer el riesgo y actuar
"Identificar, evaluar y observar de cerca los riesgos de los desastres, y mejorar las alertas tempranas."
Los países deben conocer los riesgos que enfrentan cada una de sus regiones, de esta manera se pueden tomar medidas adecuadas para reducir su vulnerabilidad frente a amenazas naturales. Esto se logra invirtiendo en la generación de capacidades científicas, técnicas e institucionales que permitan, observar, registrar, investigar, analizar, predecir modelar y elaborar mapas de amenazas naturales. Pero no solo basta con generarlas, hay que desarrollarlas y diseminar estas herramientas en las diferentes instancias locales. Para esto es muy importante contar con información estadística sobre los desastres, mapas de riesgos actualizados, indicadores de vulnerabilidad y de riesgo.
Lo más importante de todo esto, es que cada uno de los aspectos mencionados anteriormente deben estar alineados hacia el desarrollo de sistemas efectivos de alerta temprana, adaptados adecuadamente a las circunstancias singulares de la gente que enfrenta los riesgos.
3. Educar para generar una mayor comprensión y sensibilización frente al tema
"Utilizar el conocimiento, la innovación y la educación para crear una cultura de seguridad y resiliencia a todo nivel."
Los desastres pueden reducirse en alto porcentaje, si la gente se mantiene informada sobre las medidas que pueden tomar para reducir su vulnerabilidad y si se sienten motivados, para actuar. Las principales acciones para lograr esta prioridad son:
- Brindar información relevante sobre el riesgo de desastres y medios de protección, en particular para aquellos ciudadanos que habitan en zonas de alto riesgo;
- Fortalecer las redes y promover el diálogo y la cooperación entre los expertos en desastres, los especialistas técnicos y científicos, los encargados de la planificación y otros actores;
- Incluir el tema de la reducción del riesgo de desastres en la educación formal y no formal, al igual que en actividades de capacitación;
- Desarrollar o fortalecer los programas de base para la gestión del riesgo de desastres; y,
- Trabajar conjuntamente con los medios de comunicación en actividades dirigidas a la concientización sobre la reducción del riesgo de desastres.
4. Reducir el riesgo
"Reducir los factores fundamentales del riesgo"
La vulnerabilidad frente a las amenazas naturales se incrementa de muchas formas, por ejemplo:
- Al permitir la ubicación de las comunidades en zonas propensas a estas amenazas, tales como las planicies aluviales,
- Al permitir la destrucción de bosques y humedales, con lo cual se daña la capacidad del medio ambiente de hacerle frente a las amenazas,
- Al no contar con mecanismos de seguridad social y financiera.
En este aspecto es muy importante que los gobiernos locales y nacionales apliquen medidas y normas para la construcción y explotación de recursos.
5. Estar preparados y listos para actuar
"Fortalecer la preparación en desastres para una respuesta eficaz a todo nivel."
Una respuesta eficaz ante los desastres es el producto de una adecuada aplicación de los puntos anteriores. No es necesario esperar a que ocurra una catástrofe para saber si las estrategias fueron las adecuadas, por esta razón es necesario evaluar las acciones y los programas frecuentemente para determinar posibles fallas y subsanarlas antes de que ocurra un evento no deseado. Para esto, las estrategias son:
- El desarrollo y puesta a prueba con frecuencia de los planes de contingencia,
- El establecimiento de fondos de emergencia para brindarle apoyo a las actividades de preparación, respuesta y recuperación,
- El desarrollo de enfoques regionales coordinados para una efectiva respuesta ante un desastre,
- Un diálogo continuo entre las agencias encargadas de las actividades de respuesta, los responsables de la planificación y los gestores de políticas, y las organizaciones de desarrollo.
¿Cuál es el balance inicial de la implementación de Hyogo en América Latina?
Como les comenté al inicio de este artículo 168 países ratificaron la convención de Hyogo, entre ellos están Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela, países que están siendo literalmente azotados por la presente ola invernal. 6 años después de esta convención aún no hay políticas claras sobre uso del suelo; industrias y viviendas se dicen víctimas de los desastres, pero las entidades territoriales permitieron su ubicación en las áreas inundables. Terratenientes desvían el curso de los ríos que hoy inundan pueblos enteros, pero no parece haber un marco normativo claro ante este tipo de acciones. En estos países que históricamente tienen una recurrencia de inundaciones a causa del invierno, no existen las alertas tempranas, ni la generación de políticas y estrategias adecuadas, pero si se promueve la mendicidad camuflada de ayuda humanitaria. Frente a este último punto tampoco hay una organización definida para este tipo de ayudas, las cuales se pierden en el camino. Yo creo que después de tantos años de pedir ayudas para lo mismo, ya deberían existir mecanismos y protocolos estrictos que evidenciaran la entrega oportuna de estas ayudas.
No obstante lo anterior, a nivel internacional existen muchos avances al respecto. En próximas entradas veremos cómo algunos países propensos a las inundaciones por el invierno han logrado aumentar su resilencia ante los desastres y reducir las pérdidas humanas, sociales y económicas, apalancando sus estrategias en el soporte institucional de la convención de Hyogo. De esta manera aprenderemos cómo otros han logrado superar obstáculos similares a los nuestros y tal vez con este ejemplo encontremos las herramientas adecuadas que se ajusten a nuestras propias condiciones para superarlos.
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