La protección de los pequeños productores está en los consumidores
martes, 27 de enero de 2015
Actualmente con el tema de los productos transgénicos o GMO, existen muchas voces de alerta sobre el peligro de los pequeños productores, de cómo las multinacionales manipulan la legislación de los países para obligar a los campesinos a utilizar sus semillas con multas económicas y hasta la carcel por cultivar semillas de su propia cosecha.
Existen muchas denuncias, teorías de la conspiración, pronósticos apocalípticos, en fin un amarillismo casi morboso, que magnifica la situación y no da claridad sobre cómo abordar el tema y que contrario a su objetivo (que puede no serlo) de cambiar las cosas, genera un sentimiento de impotencia, que le transmite al consumidor la sensación de que no hay nada que hacer y que simplemente debe acoplarse al sistema.
Nada más alejado de la realidad...
La unión hace la fuerza
No son las leyes, no son las multinacionales, no es el gobierno de turno, el responsable de apoyar a los campesinos, la era de los caudillos, de los salvadores, se ha terminado. El poder está en el consumidor consciente e informado y valga la aclaración pacífico.
Entre más personas conscientes e informadas existan, pueden ejercer sus derechos y cumplir con sus obligaciones. Aclaro que no estoy en contra de la denuncia, es muy importante, pero la crítica sin acción, es solo amarillismo.
Pero qué hacer?
- Busque lo que se denominan mercados verdes en su localidad. Es cierto que son un poco más costosos, pero el error consiste en creer que debe consumir en su totalidad productos de este tipo de mercados. Para ello seleccione un producto que le guste mucho y propóngase a invertir un poquito más en ese producto.
- No necesariamente tiene que ser un producto certificado. Este es un tema un poco polémico, pero muchos campesinos no tienen los recursos para pagar una certificación y eso no es motivo para no comprar sus productos. Entonces averigue en los mercados locales de su ciudad, de donde provienen sus productos y entre más cerca a su ciudad se encuentre el productor, prefieralo.
- Aunado a lo anterior, consuma menos productos campesinos importados. Es cierto que aparentemente son más baratos que los nacionales en algunos casos, pero al final usted paga caro por esos productos, porque desencadena situaciones que a usted le cobran por otro lado... ¿Cómo así? Veamos. Cuando usted prefiere un producto importado a uno nacional, hace inviable que los campesinos de su país puedan subsistir con esta labor, y entonces deben dejar sus campos y trasladarse a las ciudades, haciendo parte de los cinturones de miseria de éstas. Los costos sociales de esta situación usted termina pagándola, bien sea con más impuestos, o bien sea con las consecuencias que se derivan de esta situación.
- Exija que los productos que consuma no sean modificados genéticamente. esta certificación se denomina non GMO.
- Y si no encuentra este tipo de productos en su mercado vaya a otro, si desincentiva, a los comerciantes a "embutirle" lo que ellos quieran, podrá tener mejores productos.
- Como dicen por ahí, una golondrina no hace verano, pero una golondrina puede llamar a otra y estas dos a otra. Tal vez al principio, no sea muy evidente y parezca un loco, pero coméntele a sus familirares y amigos, infórmese y transmita información fiable, no solo razones fanáticas (no hay nada más aburrido que un una persona que solo habla a través de la verborrea de una ideología)
- Sea consistente entre lo que dice y lo que hace...
Espero esta información le sea de utilidad.
Si cree que existen otras acciones que los ciudadanos podemos hacer para proteger a los pequeños productores no dude en dejar sus comentarios abajo
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Este artículo como muchos de los escritos que encontrará en este blog hacen parte de mi experiencia y mi aprendizaje personales. Yo transmito lo poco que se y agradezco a quienes lean y crean que esta información es importante y digna de transmitir, lo hagan citando la fuente. Más allá del ego, una humanidad sostenible también significa el respeto y reconocimiento por el saber del otro.
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