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Errores frecuentes en las Evaluaciones de Impacto Ambiental (I)

jueves, 3 de marzo de 2011

En la actualidad estoy realizando la revisión de dos metodología de evaluación de impactos ambientales para diferentes proyectos. Al analizar el enfoque, conceptualización y resultados de estas metodologías, evidencié varios errores recurrentes que ya había observado en otros estudios y que considero que es importante analizar en más detalle, debido a que de no tratarse adecuadamente, pueden generar resultados erróneos y falta de credibilidad ante autoridades ambientales y comunidades afectadas. Hoy voy a explicar uno de ellos: El uso de la probabilidad en la evaluación de impactos

Antes de empezar, es necesario aclarar que lo expuesto a continuación representa apreciaciones de acuerdo a mi experiencia y línea de pensamiento, los cuales están sujetos a discusión y retroalimentación (esa es la idea) con el fin de permitir la mejora contínua en los modelos de evaluación ambiental así como ajustarlos a la realidad de los diferentes componentes del ambiente y los proyectos, obras y actividades, de tal manera que los resultados sean confiables.

¿Por qué se utiliza la probabilidad en las evaluaciones de impacto ambiental (EvIA)?

Comúnmente las metodologías utilizadas, involucran todavía en sus variables de análisis la probabilidad. Esto se debe a que en sus inicios (por allá en los años 60’s del siglo pasado), al no existir métodos apropiados que permitieran evaluar impactos ambientales, se recurrió a los análisis de riesgos y a partir de eso momento, las ecuaciones y técnicas de evaluación han evolucionado a las metodologías que hoy conocemos.

¿Por qué no debería utilizarse la probabilidad en las EvIA?

Porque un impacto es el producto de una acción. ¿Qué significa esto?: Que el impacto al estar asociado a una acción (obra, proyecto o actividad), siempre que ésta se ejecute, el impacto ocurrirá y la evaluación del mismo consistirá en analizar por medio de otras variables si dicho impacto es posible mitigarlo, controlarlo (medidas de manejo) o si su magnitud es tan alta que el daño ambiental, las medidas de manejo y los costos asociados a las mismas son tal elevados que se hace necesario replantear la acción inicial. Esto último es el eje central de un estudio de impacto, lo cual no depende de  la probabilidad de ocurrencia, sino de la naturaleza del mismo y las condiciones del ambiente.

En este sentido el uso que se le da a la probabilidad en las evaluaciones de impacto tiene un grave error de interpretación que se resume en dos grandes aspectos

  • Partiendo de la definición estricta del concepto. La probabilidad  es un análisis de incertidumbre, lo cual implica que evalúa eventos aleatorios. Ya vimos anteriormente que los impactos son consecuencia de una acción, al no existir aleatoriedad ni incertidumbre, la  probabilidad no tiene lugar.
  • El análisis de probabilidad en la evaluación de impactos no se realiza de manera objetiva, siguiendo los enunciados, criterios y lógica que esta parte de la matemática implica, sino partiendo de los criterios subjetivos de cada evaluador.
Lo anterior trae consigo una serie de imprecisiones que se reflejan en la interpretación de los resultados. Para poner un ejemplo, supongamos que tenemos una metodología con 4 descriptores que analizan la probabilidad y que su calificación es 1 para lo menos peligroso y 10 para un peligro inminente:


Esta es solo una forma, en otras metodologías se analiza por medio de matrices, pero el concepto es el mismo. En este caso, se puede evidenciar que cuando un impacto es cierto su valor es más alta y cuando la probabilidad es más baja se califica en consecuencia. Y dentro de la mayoría de metodologías se descartan los impactos con menos probabilidad de ocurrencia.

Si llevamos esta interpretación a la realidad, es un gran error, porque si un impacto es cierto y siempre sucede, significa que existe el conocimiento, recursos y tecnología para mitigarlo y controlarlo, ya que es tan recurrente, que todas las obras, proyectos y actividades que lo generan tienen que manejarlo. Por el contrario, cuando es improbable que un impacto suceda, significa que muy pocas personas o ninguna sabe cómo manejarlo, no hay conocimiento de cómo tratarlo y por lo tanto no existe la tecnología para tratarlo o es demasiado costosa. Adicional a lo anterior, es necesario tener en cuenta que la probabilidad es inversamente proporcional al riesgo. Las cosas más improbables son las que más daño causan. A mi criterio, la calificación debería ser al revés.

¿Qué otros descriptores se pueden analizar?

En este punto, es necesario tener en cuenta que las metodologías de impacto ambiental tienen como objeto principal estructurar medidas de manejo. Entonces cada descriptor o variable en una metodología debería enfocar su resultado a determinar el tipo de medida que se va a implementar. Hay dos aspectos muy importantes a la hora de analizar un impacto y que se confunden con la probabilidad:

  • Frecuencia  “el número de repeticiones por unidad de tiempo de cualquier fenómeno o suceso”. Con este descriptor sabemos inmediatamente cada cuanto hay que aplicar una medida de manejo y por ende los costos que ella implica.
  • Desarrollo: Califica el tiempo que tarda un impacto en desarrollarse completamente. Este descriptor nos ayuda a definir en qué momento debe comenzar a aplicarse una medida de manejo para un impacto determinado y nos permite planificar la aplicación de una medida de manejo en el momento adecuado


¿Entonces qué metodología utilizar?

En la actualidad las metodologías que utilizan la probabilidad dentro de sus cálculos, están muy difundidas y aceptadas. La razón: es lo que existe. Casi todos los proyectos en diferentes partes del mundo, se analizan bajo ese enfoque y tanto entidades, consultores y empresas manejan este tipo de metodologías (yo también lo hago). Hay muchos libros sobre este tema y es difícil implementar una metodología distinta, sin pruebas de que ésta se ajuste a la realidad de un proyecto obra o actividad, y a los componentes ambientales afectados. Por el momento, debemos seguir utilizando las metodología convencionales, pero teniendo en cuenta sus fortalezas y debilidades.

¿Qué hacer?

Es necesario que quienes nos desenvolvemos en estos temas seamos críticos con este tipo de cosas. Las metodologías de impacto ambiental no evolucionan desde finales de los años 70’s del siglo pasado, aún seguimos usando los mismos esquemas. Esto evidencia que hay un estancamiento en el conocimiento, porque hoy por hoy contamos con información más confiable, tal vez en ese entonces la probabilidad y otros aspectos eran necesarios porque no se tenía muy claro cómo funcionaban los diferente elementos del ambiente, ni como afectaban las diferentes actividades humanas a estos elementos. Pero esto ha cambiado, y hoy sabemos y estamos seguros de muchas cosas, que no se ven reflejadas cuando realizamos este tipo de análisis.

Como establecí en un principio, esto es una apreciación personal, justificada con mi experiencia. Pero la idea es ir más allá, interactuar con más apreciaciones y más experiencia, porque tal vez el quid radica en otro aspecto.

Por otro lado, he creado un “debate” sobre este tema específico en el siguiente enlace, donde ustedes pueden registrar si están o no de acuerdo y las razones de su decisión. Van a encontrar una imagen similar a esta



Solo tienen que seleccionar la respuesta que crean conveniente y escribir un comentario (si lo desean) sobre la razón que los llevó a dicha respuesta. Recuerde que no hay argumentos absurdos o irrelevantes cuando se está pensando. Si está de acuerdo está bien y si no también está bien.

En próximas entradas les mostraré otras imprecisiones que a mi parecer se presentan cuando se realizan evaluaciones ambientales y una propuesta metodológica sobre las mismas.

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