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¿Existen agencias de certificación de impacto ambiental?

sábado, 27 de octubre de 2012

Hace poco en un foro de temas ambientales de linkedin, debatía el artículo que escribí Contribución a la crítica de los Estudios ambientales 1 (Conceptos-Audio). Como producto de este debate, han surgido opiniones encontradas, todas ellas muy interesantes, con unos análisis bastante profundos y sustentados, que independientemente de si están a favor en contra de lo que expongo, han generado inquietudes, preguntas y puntos de vista diferentes. A eso deben llevar los intercambios de ideas.  A continuación les dejo el enlace para ver el debate

De este debate surgió una inquietud que considero merece la pena abordarla en más profundidad, la cual se resume en esta pregunta

¿Existen agencias de certificación de impacto ambiental?

Como tal, Agencias de Certificación de Impacto Ambiental no existen, por que no existe una metodología única y parametrizada tipo ISO o EMAS. Lo que si existe por ejemplo en Colombia es un seguimiento exhaustivo de los licenciamientos ambientales por parte de las autoridades respectivas, de tal manera que se anticipan e evidencian a tiempo los impactos de proyectos en ejecución. En la entrada Ciclo PHVA en los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), se puede ver como se maneja este tema en Colombia. 

En este sentido, los estudios de impacto ambiental que eran aprobados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), a partir del 2011 son tramitados ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), que busca hacer un seguimiento más cuidadoso y riguroso de estos procedimientos. Los demás países de Latinoamérica tienen un comportamiento similar a este respecto.

Pero de esta inquietud se derivan otras que vale la pena analizar

¿Por qué aún no existe una certificación de impacto ambiental?

Primero que todo, es necesario aclarar que el concepto de certificación involucra un contexto internacional, tal como ISO 14000 o EMAS environment certification. Estos procesos, están comprobados y avalados a nivel mundial de tal manera que cuando una empresa "porta" el sello característico de estas certificaciones, es reconocida a nivel mundial porque ha parametrizado sus procesos hacia un estándar de calidad unificado que le permite garantizar una cierta transparencia en dichos procesos (la buena o mala aplicación de estas normas es un tema aparte).

Las certificaciones anteriores son desarrolladas y estructuradas por firmas internacionales de estandarización, tal como la International Organization for Standardization (ISO) o Eco-Management and Audit Scheme (EMAS). Estas instituciones han trabajado fuertemente para establecer, más que una certificación de impacto ambiental, una certificación de buenas prácticas ambientales y mejora continua en todos aquellos procesos que interactúan con los componentes ambientales. 

Teniendo en cuenta lo anterior, si llegare a surgir alguna metodología de certificación, esta no tendría representatividad a escala local, ya que no podría ser validada en todos los países. Por esto, la certificación debe ser global y estructurada por una empresa de estandarización y auditoría como las mencionadas anteriormente.

La razón por la cual una organización como las anteriores, no ha generado aún una metodología como la que se propone, se debe a que para esto deberíamos tener consolidados, entendidos y analizados todos los impactos (positivos y negativos) que se pueden generar en la plataforma continental (on shore o costa adentro) o en el mar (off shore o costa afuera) así como sus niveles de gravedad. Teniendo en cuenta lo anterior, nuestro conocimiento sobre la interacción de los diferentes componentes y recursos ambientales, su sinergia y cómo los impactos se pueden acumular o bioacumular, es muy precaria. Ésto trae consigo, que existan diversas opiniones científicas sobre un mismo tema, la cuales pueden ser radicalmente opuestas y razonablemente justificables. Como ejemplo tenemos, la discusión que que existe hoy en día sobre si el cambio climático es producto de la humanidad o proceso normal por el que pasa la tierra cada cierto tiempo (existen pruebas y justificaciones válidas para cada una de estas afirmaciones).

Todavía nos falta, mucho o tal vez todo por aprender y conocer de la naturaleza, sus interrelaciones y los impactos que puedan generar las actividades humanas (los efectos reales y finales de nuestras actividades, aún no son previsibles, muchos todavía están en hipótesis). Por estas razones, sería muy riesgoso generar una metodología de certificación de impactos (estas son palabras mayores) ya que esto implicaría guiarse por uno otro enfoque, con la única seguridad de que cualquiera que se escoja tendría un sesgo y una probabilidad de error muy alta.

Eso no significa que no haya que buscar nuevas formas de analizar los impactos. Como consultora que soy, considero que, tener la libertad de seleccionar una metodología adecuada, de avanzar hacia nuevos enfoques, sin limitaciones de visión, de interactuar con otras personas como en el debate que les comentaba al inicio de esta entrada, es un aporte mucho mejor para el enriquecimiento del tema, que sesgarse hacia un tema de certificación sin tener el conocimiento adecuado de las relaciones e interrelaciones del ambiente.

¿En que se ha avanzado en el tema hasta el momento?

Para que una metodología pueda en un futuro ser aplicable para una certificación debe cumplir si o si, mínimo cuatro requisitos fundamentales, al mismo tiempo, sin excepción: 

  • Ser parametrizable: Esto significa contar con una metodología única que permita realizar el análisis de impactos de cualquier actividad o proceso y que sus resultados sean coherentes y confiables a prueba de toda duda;
  • Escalable: debe ser capaz de analizar los impactos a escala personal, local, regional, de país y mundial;
  • Ajustarse adecuada y fácilmente a los cambios: debe permitir de manera ágil y sin traumatismos para su análisis, la inclusión o eliminación de variables, así como la modificación de los existentes;
  • Trazabilidad: debe permitir un análisis histórico de los resultados, que permita visualizar el comportamiento histórico de los impactos en el tiempo.
Como lo pueden evidenciar las personas que alguna vez han tenido contacto con el tema de evaluaciones de impacto ambiental,  las diferentes metodologías que se manejan actualmente no cumplen en su totalidad con estos criterios al mismo tiempo, algunas con ninguno.

No obstante, en los últimos años han surgido algunas iniciativas voluntarias que aunque todavía están en formación, aunque  aún se encuentran en proceso de consolidación y aprobación, parece que van por la vía correcta. No son lo único y aún no se sabe cuál es su futuro a largo plazo, pero parece que son un paso hacia el camino correcto. Estas metodologías son los reportes de sostenibilidad, el ecoetiquetado y lo que se denomina la huella ecológica, que hoy por hoy se consolida más como una familia de huellas (dentro de las que está, la huella hídrica y la huella de carbono). A continuación los dejo con algunos artículos que escribí al respecto hace algún tiempo:

Huella ecológica:

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Este artículo como muchos de los escritos que encontrará en este blog hacen parte de mi experiencia y mi aprendizaje personales. Yo transmito lo poco que se y agradezco a quienes lean y crean que esta información es importante y digna de transmitir, lo hagan citando la fuente. Más allá del ego, una humanidad sostenible también significa el respeto y reconocimiento por el saber del otro.  
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